covid-19

La llegada del COVID-19 obliga a una reestructuración en las operaciones comerciales, ya que en los últimos tres meses la reorganización de las prioridades del comercio exterior ha cambiado por un fenómeno sanitario de dimensiones globales.

La guerra comercial entre dos potencias económicas principales como lo son Estados Unidos y China tuvo una gran carrera antes del inicio de la contingencia sanitaria. Durante 2019, fue China el país líder en exportaciones con respecto a productos textiles, así como guantes vulcanizados y quirúrgicos, sin embargo, a finales del año 2019 la tendencia se modificó y fue liderada por Estados Unidos.

Para finales del 2019 y una vez declarado el COVID-19 como emergencia sanitaria en China, se vio obligado a la transformación de sus procesos comerciales.

China disminuyó sus exportaciones y aumentó su gasto en importaciones sobre productos relacionados a higiene y sanidad como cubrebocas, gel anti-bacterial y guantes de látex, representadas bajo las fracciones arancelarias 63079099, 38089499 y 40151999 respectivamente, siendo sus principales proveedores Malasia y Reino Unido.

En el caso específico de México, se tiene registro que las naciones que más importaron a nuestro país los productos de sanidad e higiene bajo las fracciones antes mencionados fueron Malasia, China y Bélgica, en lo que va de este 2020.

A nivel mundial son Malasia, EE. UU., China, Alemania, Japón y Reino Unido los mayores exportadores de este tipo de productos y se espera que esta tendencia se mantenga e intensifique al menos en los próximos meses del año o hasta que no se controle o disminuyan los casos por COVID-19 en México y en el resto de los países ya afectados.

China ha logrado disminuir el número de población contagiada de forma controlada, efectiva y relativamente rápida, Wuhan (ciudad donde surgió el brote infeccioso) levantará su cuarentena los primeros días de abril, previendo la regularización y arranque de las actividades del gigante comercial.

Lo anterior significaría el comienzo de una nueva reconfiguración comercial, económica y financiera, debido al estancamiento económico y detenimiento de actividades, se obliga a una nueva estructura en la manera de concebir y hacer comercio.

Es una situación que no se tenía prevista y por esa razón resulta importante pensar y anticipar muchas de las acciones que deben tomarse para aminorar los estragos de las crisis que este tipo de contingencias provoquen.

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