La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado pandemia global ante las noticias de propagación de COVID-19 (coronavirus) en diversas regiones geográficas, lo que ha desencadenado una serie de medidas restrictivas y preventivas en las esferas comerciales, económicas, migratorias y políticas; demostrando que NO se trata de una crisis sanitaria.
La vinculación de estos factores desencadena una serie de adversidades que deben enfrentar los países y encarar los nuevos retos para la economía global, por ejemplo, en el flujo de mercancías a nivel global China aporta cerca de 28% de la manufactura global, seguido de Estados Unidos con 16.6% y Japón 7.2%, mientras que México participa con 1.5% de acuerdo con cifras oficiales.
Hoy en día estos países atraviesan situaciones de riesgo ante la propagación de COVID-19, generando caída en la producción y maquila, descenso en almacenajes e inventarios, cierre de fronteras, disminución de operaciones comerciales, inactividad en mano de obra, es decir un rompimiento de los eslabones en la cadena de suministro.
En el caso específico de la industria automotriz se presenta una pérdida en lo que va del primer trimestre del año, mientras las líneas aéreas se ven afectadas debido a la disminución o cancelación de vuelos, incluso también al cierre de fronteras y nula movilidad entre naciones.
Las principales afectadas son las aerolíneas asiáticas, una de ellas, China Airlines, Cathay Pacific, China Southern en relación con carga de pasajeros, mientras que en carga de mercancía Fedex y UPS han reportado número a la baja.
Para DHL el problema se centra en la limitada capacidad de entrada y salida para restablecer la cadena de suministro, ya que, en el caso específico de flujo de mercancía, el 40% son procedentes de China y son en tránsito hacia terceros países, por lo que el riesgo en las operaciones se genera en la cancelación de escalas y cierre de fronteras.
Considerando las afectaciones que padecen las aerolíneas, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha enunciado la necesidad de realizar un ajuste en su capacidad, debido a un colapso y crisis en sus operaciones, así como planificar la fase de recuperación. La IATA estima que los ingresos de las aerolíneas podrían caer en alrededor de 113 mil millones de dólares.
En relación con el impacto de los tráficos globales, la flota marítima inactiva suma 204 millones de TEUS, adicional que en febrero un total de 105 servicios fueron cancelados en las rutas a América del Norte, Europa y el Mediterráneo.
Sin bien se puede hablar de una logística infectada ante las repercusiones comerciales y económicas que trae consigo la crisis sanitaria, es necesario prevenir y no obviar recomendaciones de organismos e instituciones nacionales e internacionales, entre las cuales cabe destacar:
• Higiene de manos frecuente (lavado con agua y jabón o soluciones alcohólicas)
• Evitar el contacto estrecho con personas que muestren signos de afección respiratoria, como tos o estornudos.
• Evitar tocarse la nariz, los ojos y la boca.
• Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo desechable.
En el sector logístico y de comercio exterior es necesario tomar en consideración las medidas preventivas de organismos gubernamentales para evitar situaciones de posibles riesgos:
Transportistas y/o camioneros que se desplacen a zonas consideradas de riesgo por existir un elevado número de contagios, con el fin de transportar mercancías a empresas clientes y/o usuarios finales.
Operarios de almacenes con una elevada concurrencia de trabajadores, tanto de su propia empresa como de empresas externas.
Trabajadores que presten servicio de atención a cliente o contacto directo con clientes y/o proveedores.