El mercado global de la logística actualmente genera más de 8 trillones de dólares americanos anuales y representa alrededor del 11% del PIB mundial: este es el poder de la logística.
Lo anterior comprende embarques marítimos, aéreos, terrestres, multimodales y servicios agregados, como almacenaje, empaque y embalaje, aseguramiento, paquetería, despacho aduanero, asesoría de comercio exterior y fiscal y acompañamiento en la búsqueda de soluciones personalizadas.
Sin embargo, hoy en día las cadenas de suministro lineales (comprar / fabricar / transportar / almacenar / entregar) están empezando a resultar menos confiables y eficientes de lo que antes pensábamos y la razón es sencilla: se estima que cada contenedor que se envía desde un punto A hasta un punto B en el mundo involucra la participación de hasta 30 personas, en 200 transacciones diferentes.
Entonces, ¿quién puede y debe participar en nuestra cadena de suministro?, ¿qué confiabilidad tiene la información que cada uno de los actores maneja?, ¿quién garantiza sus tiempos de respuesta? y, ¿qué tanto encarece nuestra operación cada uno de los intermediarios implicados?
Estas burocracias innecesarias redundan en un aumento en los tiempos de operación, en pérdida de visibilidad, información y por supuesto, en mayores costos de operación ante la presencia de más y más actores.
No digo con esto que los intermediarios, brokers o agentes de carga estén destinados a desaparecer. Por el contrario, lo que quiero decir es que es inminente que éstos empiecen a emplear en su negocio herramientas que les permitan garantizar a sus clientes visibilidad de extremo a extremo y en tiempo real de sus embarques, y que participen activamente en la reducción de trámites y regulaciones innecesarias y en la creación de un ambiente de confianza digital que permita controlar quién participa en cada transacción, realizar pagos en línea, implementar contratos inteligentes… y tantas cosas más. Es momento de evolucionar, de dar vuelta a la página y de participar de la llamada Cuarta Revolución Industrial.
Todos los días vemos noticias relacionadas con el Internet de las Cosas (IoT), la cadena de bloques de información (Blockchain) y la inteligencia artificial aplicadas a la industria, la medicina, la arquitectura y el sector energético, por mencionar algunos ejemplos… entonces lo lógico es que las cadenas de suministro deban ser capaces de evolucionar también a la par del momento que estamos viviendo:
- Mercancía, pallets y contenedores con sensores inteligentes que permitan no sólo monitorear su ubicación en tiempo real, sino incluso controlar su temperatura o humedad a distancia, detectar defectos, sobrepesos o faltantes en las cargas, proponer rutas de transporte más apropiadas en función de cada destino, tipo de carga o fecha de caducidad.
- Solicitud de transporte y asignación de carga por medio de aplicaciones móviles.
Vehículos auto tripulados y almacenes administrados por robots con atención al público 24/7.
Todo a un click de distancia, desde la comodidad de tu casa… how cool is that?! - La digitalización del transporte de mercancías que permita la toma de decisiones de forma remota e inmediata y la simplificación de los procesos son hoy la verdadera competencia en el negocio del agente de carga. La Logística 4.0 llegó para quedarse y quiere comerse el pastel entero.
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Bárbara Tello.
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